sábado, 2 de mayo de 2009

LAS ESTRELLAS


José Coronado Coronado. José “Topete”. Apodo heredado de su padre, hombre honesto y trabajador donde los hubiere, y del que sentíase orgullosamente reconocido cuando a él se referían por este apelativo cariñoso.
De complexión fuerte y mediana estatura, apuesto en su juventud. Era el menor de una saga de 14 hermanos, fruto del matrimonio del tío José y la tía Adelaida primero, y posteriormente con tía Nieves.
Relataba con vitalidad y lujo de detalles, las circunstancias y pormenores de los avatares del “marchanteo” de bestias y ganado, acompañando a su padre y a su hermano mayor Andrés.
Listo y hábil para los tratos, buen conocedor del ganado. Valiente y trabajador, era cabal y firme en sus creencias. De relación fácil, el apretón de manos era una escritura notarial para él.
Su exceso de amor propio le jugaba a veces malas pasadas, ya que defendía con extrema vehemencia y hasta con rudeza, sus sentimientos y convicciones. Al final, siempre aparecía la sonrisa cordial y en estos últimos años el abuelo cariñoso y afable que llevaba dentro.
Hubiera sido impensable para Valle del Turrilla S.L. iniciar una actividad ecuestre. Sin el concurso, el conocimiento y la ayuda inestimable de José Coronado Coronado, que tantas horas dedicó a conseguir una yeguada equilibrada y dócil para el fin que pretendíamos.
Ahora, con la música de fondo del Turrilla y el susurro del cimbreo de los álamos y mimbreras del cauce.
La Potra, la Paloma, la Tormenta, la Marina, la Estrella, la Perla, la Condesa, la Torda y la India. Tendrán un amigo que les hará guiños desde las estrellas.
Entre tanto, los ruiseñores del riachuelo, trinarán la duermevela del crepúsculo reciente.
Y Pancho, Zeus y Boliche seguirán saltando juguetones entre las patas de la yeguas.
Que Dios te haya acogido en su casa.
Con agradecimiento y cariño. Tu amigo.
Jesús Martínez Sánchez.